Hay veces en la vida en que las cosas cambian, lo quieras o no, las circunstancias te llevan a tomar ciertas opciones y es ahí donde decidimos nuestro futuro. Sí, creo y he aprendido en este último año de viaje que somos nosotros quienes creamos nuestro futuro.

He aprendido muchas cosas este año estando en la ruta y ha sido hasta hoy el mejor año de mi vida. Sin duda han habido momentos duros y un poco difíciles, pero los momentos buenos han sido maravillosos y sé que hoy, gracias a ello soy mejor persona.

Puede que este post sea un poco medio hippie y sentimental pero además me toca haciendo mi resumen del año ya que es mi cumpleaños. Hace un año jamás pensé que mis días iban a transcurrir de la manera en que han ocurrido. Todo comenzó con un proceso muy personal de conocimiento y de crecimiento, de aprender las leyes de la vida y de cómo funciona el Universo y hoy, empíricamente he comprobado que somos nosotros quienes creamos nuestras vidas. La vida sucede cuando decidimos tomar la responsabilidad de quienes somos y de que vivimos en un mundo con muchos seres que están en el mismo proceso..intentando hacer las cosas lo mejor posible.

Hace un año jamás pensé estar caminado por las calles de Calcuta, o viajar en un bote en los canales de Bangkok para ir a tomar una clase de Masaje Tradicional Tailandés. Jamás pensé en dormir en hoteles 5 estrellas! No planeaba encontrarme con el Dalai Lama y hasta tener una foto con él, ni siquiera planeaba estar admirando la belleza de las iglesias en Moscú o comer la más deliciosa comida en Turquía….eso y muchísimo más.

Jamás pensé en compartir nuevamente mi vida con alguien y todo eso ha sucedido…y muchísimo mejor de lo que pensaba…sólo porque muy internamente decidí que así fuera, que permitía ocurrir cosas buenas en mi vida.

Este año en la ruta me ha entregado lecciones que perdurarán para toda mi vida. Lecciones que he vivido agradecida y que hoy me hacen ser quien soy.

He cumplido muchos de mis grandes sueños y tengo la fuerza para seguir persiguiendo los que aún quedan por cumplir y los nuevos que han nacido.

Aprendí que el mundo es mucho más pequeño y amable de lo que yo sentía, que estamos realmente todos conectados unos a otros y que si yo estoy bien puedo beneficiar a quienes estén cerca mío con ello.

Aprendí a que, pese a mi opinión, cada uno tiene su cultura y su manera de vivir la vida, de cómo vestirse, de qué comer y yo no soy nadie para criticar eso.

Aprendí que puedo amar y a confiar alguien profundamente otra vez y con desapego (cosa que aún estoy en proceso de aprender).

Estoy agradecida de todo lo vivido, todo lo experimentado, de las bellas personas que han cruzado mi camino y de quienes siguen a mi lado cuidando y acompañando mis pasos aunque sea a la distancia.

Después de un año en la ruta puedo decir (y aunque suene cliché) que soy mucho más yo misma, que me he conocido y visto como nunca antes y que tengo claro qué es lo que sueño en esta vida.

Tengo muy claro que hay personas buenas allá afuera y que el mundo hoy parece ser mucho menos hostil que hace unos meses para mí.

Si alguien me pregunta si debería viajar, le diría a todos, sin dudas que sí, viajar es una de las experiencias más enriquecedoras que puede sucederte en la vida. Estarás expuesto a situaciones que pondrán tus sentimientos y todo u ser a prueba y te harán ser quien realmente tu eres, sin máscaras, porque en la ruta no tienes nada que ocultar ni aparentar, no hay nadie ahí para decirte cómo eres o cómo esperan que tú seas y actúes, entonces tienes la libertad de ser tu mismo.

Agradezco infinitamente todo lo vivido y espero con ansias todo lo bueno que vendrá este año que sigue, hoy sé que los milagros existen si los dejas presentarse en tu vida!