Cuando eres una mujer muy independiente desde chica, de esas para las que es normal ir al cine o a un restaurant sola, el viajar sola no parece ser algo tan loco y descabellado como casi todos te dicen.
Siempre fui defensora de la independencia, la libertad y la soltería; sobre todo si se trataba de viajes, ese era mi mundo al cual muy pocos accedían.
Sólo viajando podía experimentar esa indescriptible sensación de que todo es posible, en el que no existen rutinas ni horarios establecidos, en el que tienes la seguridad de que sólo tienes que escuchar a tu corazón…o a tu estómago para saber lo que quieres en ese momento o lo que es mejor para ti.
El primer viaje en solitario
Siempre tuve el sueño de viajar y comencé mi vida viajera independiente cuando tenía 18 años. Con distintos trabajos reuní el dinero que pude para cumplir mi primer gran sueño, conocer Machu Picchu.
Un viaje puede cambiar tu vida y mi primer viaje dio un giro en 180º a mi vida. En ese momento ni siquiera le pregunté a mis amigos o familia si querían viajar conmigo, quería vivir el desafío y la experiencia de viajar por mi cuenta, necesitaba ver si era posible.
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El miedo y la emoción eran tan grandes que al momento de preparar el viaje dediqué muchísimo tiempo, preparando itinerarios y horarios para cumplir mis objetivos durante el viaje.
Eran tiempos en que recién comenzaba internet, entonces no existían la gran cantidad de blogs que hoy están disponibles gratuitamente para todos quienes quieran encontrarlos, sólo existían foros con información directa de viajeros que compartían sus datos y algún blog en el aire. Tampoco tenía un celular, sino que llevaba mapas impresos y agregaba los que encontraba en el destino.
Me fui dando cuenta con cada uno de los viajes que han seguido en más de 20 años de viajes en solitario que cada viaje me ha enseñado cosas nuevas de distintas maneras, pero por sobre todo, cada viaje me ha hecho ser una mujer más conectada y consciente de mi misma y del mundo que me rodea.
Lo valioso de viajar sola
Si aún no te has hecho el regalo de viajar sola, aunque ya estés casada y tengas tu familia, te planteo que lo intentes. Será sin dudas una experiencia única y de la que seguro regresaras renovada, con nuevas energías e ideas para compartir con quienes amas.
Tenía mucho miedo de perder eso por una relación de pareja y pensaba que esa idea era algo útopico y que debería sacrificar la posibilidad de vivir en pareja o formar una familia por vivir mi vida soñada, la cual implicaba viajar muchísimo.
Cuando menos lo esperas, la vida te sorprende y fue en uno de esos viajes, cuando volvía a ese primer destino tan importante para mi vida que todo dio nuevamente un giro.
Una de las cosas más valiosas que he aprendido viajando es a ser flexible y a aceptar el cambio aunque sea estando fuera de mi zona de confort, más bien, especialmente si es fuera de esa zona de peligrosa comodidad.
Seguir viajando sola mientras estás viviendo en pareja
Cuando mis planes eran a volver a viajar de manera indefinida como lo había hecho en los últimos 3 años, mientras viajaba por Perú y Bolivia conocí al hombre que me mostraría que se puede tener esa misma libertad, esa misma independencia pero compartiendo con otro tu vida y lo mejor de todo es que compartíamos esa gran pasión por viajar y conocer el mundo!
Hoy estoy casada pero también sigo viajando sola, a la vez también he aprendido a disfrutar de un viaje en pareja.
Viajando verás todo desde un ángulo de vista distinto, incluso a tu pareja, amigos o con quien viajes.
Viajar en pareja ha sido la mejor manera de conocernos en cada aspecto, de ver a la otra persona no sólo en el día a día sino también en situaciones incómodas y donde no tienes el control durante los viajes.
El poder compartir de las experiencias justo en el momento en que suceden genera además una complicidad y recuerdos que hacen mucho más rica la relación. Por ejemplo el último viaje que hicimos juntos el 2019 fue un rodtrip por Marruecos, donde vivimos días muy entretenidos resolviendo la ruta y todo lo que implica manejar por un país desconocido.
Viajar en pareja puede ser una experiencia única y enriquecedora, que sin dudas hará que el amor crezca, se fortalezca y tengas aún más ganas de estar juntos.
El amor verdadero es el que no limita, sino que promueve el crecimiento de cada uno y respeta los tiempos, las pasiones y las necesidades de cada uno, si viajar está entre las tuyas, viaja solo y con tu pareja y que sigan teniendo muchos más viajes en el futuro!
Creo que también es muy importante siempre mantener tus necesidades en un lugar de prioridad, aunque estés casada o viviendo en pareja puedes y debes seguir viajando sola si así lo sientes.
Hoy, aunque amo esta nueva faceta de viajar con mi marido todas las veces que podemos, también amo y necesito mis tiempos de viaje por mi cuenta, en los que puedo vivir la experiencia de estar sola en un lugar y conectar conmigo misma al 100%.
Aún escucho a veces que mujeres y hombres me preguntan por qué sigo viajando sola, que quizás qué hará el cuando yo no estoy en casa y mil aseveraciones más que lo único que me hacen pensar es que muchas personas basan sus relaciones en el miedo y la desconfianza.
No es que no ame a mi marido por querer viajar sola, no es que quiera hacer cosas que no haría con él, es simplemente el placer de estar conmigo porque lo necesito, porque me hace sentir más fuerte y conectada, porque es parte de mi felicidad y de lo que me nutre, porque estando feliz conmigo puedo estar feliz cuando estamos juntos.
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