¿Quién hubiera pensado hace 1 año atrás que estaríamos hoy encerrados en nuestras casas la mayoría del tiempo?
Yo ni siquiera en mis más grandes momentos creativos hubiese llegado a la idea de vivir esta situación y menos aún que sería a nivel mundial.
Quizás las únicas ideas locas de esas terribles que pasaban a veces mi cabecita creativa eran relacionadas con conflictos políticos y la posibilidad de conflictos armados, llámese, guerras.
Hoy a ratos mi mente se rehúsa a creer que la vida ha cambiado. Que ya el mundo no es el mismo que hace un año ¿pero es algo realmente malo?
Me he hecho esta pregunta múltiples veces desde que la vida cambió en marzo del 2020. He intentado seguir con mi habitual manera de ser positiva y buscadora de alternativa y solucionadora de problemas, pero debo reconocer que ha sido difícil mantenerla todos los días y a ratos he perdido la perspectiva.
Ha sido un año especialmente duro para todos quienes trabajan relacionados con los servicios y en modelos de negocios que implican el estar juntos y en contacto físico. El turismo, la hotelería, la gastronomía, la aviación, masajistas y tantos otros hemos visto nuestras actividades y trabajos afectados.
2020 ha sido el año de la gran pausa y en el que los viajeros estamos sintiendo un gran síndrome de abstinencia.
Porque me imagino que, así como yo, tú también estás añorando la falta de movimiento, esa adrenalina que sentimos cuando estamos en un lugar nuevo, con un idioma distinto, con sabores distintos.
Como viví el comienzo de la pandemia
Cuando empezó este año pensé iba a ser un año muy viajado. Lo comenzamos recorriendo la Patagonia chilena, uno de mis lugares favoritos en el mundo.
Cuéntame si quieres saber más sobre este lugar del mundo y de otros que te gustaría saber más.
Así como en los últimos 5 o 6 años, pensé que el 2020 traería muchos viajes, cumplir muchos nuevos sueños y tenía muchos destinos planeados.
Era finalmente el año en que iría a México y para vivir el día de muertos, tenia a Japón muy alto en mi lista para este año y partiría el año de viajes trabajados haciendo un curso de PADI junto a una aerolínea en Jordania, destino que llevaba mucho tiempo soñando con visitar. Cuando estaba a punto de tomar el avión y hacer la primera escala en Estambul, Turquía, se dió aviso de que el viaje se cancelaba y ese mismo día se anunciaba que habían restricciones para viajar y estábamos oficialmente en una pandemia.
No sabía bien que esperar y mi mente se sintió en un principio frustrada y enojada por no poder hacer ese viaje. Hace ya 7 años creé mi profesión soñada y he trabajado y luchado muchísimo para poder hacer lo que más me gusta: viajar por el mundo, mi gran sueño de toda la vida.
Cambie mi carrera de Kinesióloga o Fisioterapeuta para dedicarme a sacar fotografías, escribir y mostrarles a otras mujeres que es posible viajar solas, que el mundo no es tan peligroso como nos habían contado. Y ese trabajo soñado que estaba siendo tan entretenido hacer ya no era posible seguir realizándolo y no sabía por cuanto tiempo esto se iba a extender.
Soy chilena y vivo en Alemania hace 3 años y justo cuando empezaban las restricciones en marzo del 2020 me esperaba ese gran viaje a Jordania. Nunca pensé la pandemia duraría tantos meses y aquí en Alemania no ha sido tan dura pero si nuestra rutina y nuestro quehacer ha cambiado y para ser honesta, este ha sido un año tipo montaña rusa para mi.
Cuando trabajé en Cuidados Intensivos y haciendo Terapia Respiratoria me tocó vivir el 2010 la aparición de la gripe H1N1 que nos tuvo por unos dos meses super complicados en Chile, esa era mi única referencia a una pandemia de este tipo. Por lo que cuando se presento ésta nueva a comienzos de año, no pensé serían más de dos o tres meses sin viajar. Pero aquí estamos, en noviembre, recién comenzando el invierno en Europa y luego de un verano un poco más relajado ya han comenzado nuevamente las restricciones para hacer nuestra vida 100% normal.
Me imagino que tu también has tenido que lidiar no solamente con los cambios en tu rutina diaria, en tu trabajo y la manera de hacer las cosas, en la manera de compartir el hogar si vives con alguien más, pero también con la frustración de no poder hacer ese gran viaje que tenias planeado para este año, de poder sentirse libre de hacer y moverte libremente en el momento y cómo queramos.
Para quienes vivimos lejos de nuestra tierra natal también ha significado estar lejos de la familia y de los amigos que tanto queremos. Antes para mi la mayor tranquilidad era que podía estar en 48hrs si queria en Santiago de Chile, hoy no se cuando pueda abrazar a mi gente nuevamente y eso se siente duro y complicado a ratos y es algo a lo que no estamos acostumbrados.
Los primeros meses en que comenzamos a vivir en esta nueva manera de pasar los días me sentí a veces muy desmotivada, no sabía muy bien en que ocupar mi tiempo, si seguir compartiendo contenido de viajes en las redes sociales porque no podíamos viajar entonces sentí que no era el momento para compartir información sobre viajes y aún hay mucho contenido que no he compartido contigo. Las visitas en el blog también bajaron y era normal porque ya nadie podía viajar y no había motivo para buscar información e inspirarse y los que estamos a cargo de inspirar también sufrimos esta falta de motivación.
Los cambios en la rutina
La rutina en el hogar cambió y a pesar de llevar creando contenido y trabajando de manera independiente hace ya 7 años también me afectó. por ejemplo, ahora tenía que compartir mi oficina y mi rutina también se vio modificada y eso afectó mi rutina de trabajo.
Muchos amigos me empezaron a preguntar como hacer para trabajar solos y aprovechar el tiempo en casa, cosas que eran muy normales para mi antes, que en ese momento también me afectaron y por eso te compartí este artículo hace un tiempo sobre como trabajar y ser productivos en casa.
He aprendido mucho este año en armar nuevas rutinas pero me costó mucho tiempo volver a motivarme y a la vez seguir motivando a otros a seguir teniendo una vida más feliz.
Antes cuando estaba en casa siempre estaba en una especie de cuarentena y fue divertido cuando se empezó a sugerir una cuarentena voluntaria y mantener distanciamiento social, evitar juntarse con amigos y salir mucho a comprar, pensé no me afectaría tanto porque mi vida ya estaba organizada un poco así.
Habían a veces días en que no salía de la casa porque era mi forma de tener un balance, porque como estaba viajando mucho y continuamente era mi momento de descansar y producir contenido cuando estaba en casa. Por eso no pensé me afectaría tanto, pero cuando empezaron a pasar los meses me di cuenta de que extrañaba y necesitaba físicamente moverme, ir a un aeropuerto y ver mucha gente en planes de viajar, tener esa sensación de adrenalina y ese poco de miedo que siempre siento cuando viajo a un destino nuevo. El temor a lo desconocido, a no saber con que me voy a encontrar, si voy a ser feliz en ese nuevo destino o no.
Empecé a extrañar esas sensaciones tanto y hasta ahora aún no he logrado encontrar algo que supla esa necesidad y me genere esas sensaciones que me produce viajar e ir a un lugar distinto.
En el verano pudimos hacer pequeños viajes, porque habían menos casos e incluso pude volver a traviajar un poco nuevamente pero con muchas limitaciones y cuidados. He hecho este año solo pequeños viajes en auto y en tren que me han permitido sobrevivir hasta ahora.
Últimamente he sentido muy fuerte la necesidad de volver a hacer un viaje intuitivo, sin muchos planes que es lo que más me gusta hacer.
El mejor tip que he recibido este año: piensa que, aunque suene terrible, no podremos volver a viajar como estabamos acostumbrados hasta el 2022.
Aunque esta fecha suene dolorosa de siquiera pensarlo, es probablemente una realidad y creo que el tenerlo como posiblidad nos abre la posibilidad de que eso no suceda hoy día y nos puede ayudar a dejar de sufrir pensando en que a lo mejor podré viajar en enero, a lo mejor en febrero. El tener esta fecha en un momento más lejano podría sacar un poco de esa ansiedad y por eso te invito a plantearte esta fecha como posible.
Creo que nadie esperó estar tantos meses así y me considero definitivamente una afortunada porque yo, mi familia y amigos lo hemos pasado bastante bien y creo que el mayor desafio para mi ha sido el tener que buscar y encontrar nuevas cosas que también existen en mi vida y me pueden dar mucha felicidad.
Este último mes me he puesto el desafío de encontrar nuevas cosas que me traen mucha felicidad y no son viajar. Ha sido super dificil porque cuando logré encontrar el balance entre mi vida personal y profesional e incluir en mi vida diaria los viajes, el no tenerlo presente en mi vida significó el volver a plantearme muchas cosas.
Apesar de ser una mujer muy diversa con una infinidad de cosas por hacer, mil ideas, planes y hobbies, que siempre tiene cosas que hacer y nunca me aburro este año ha sido complejo. Creo además que la cuota de déficit atencional que tengo aporta a esta variedad de intereses y es por eso que esta profesión me vino como anillo al dedo y requiere de hecho hacer muchas cosas distintas y aplicar distintas capacidades al mismo tiempo.
No pensé jamás que el dejar de viajar y hacer algo que se había vuelto parte de mi vida diaria me dejaria prácticamente estática y sin respuesta a la pregunta ¿que otras cosas me dan felicidad y me divierten casi al mismo nivel que viajar? y he estado dándole vueltas a esta pregunta y no ha sido tan simple responderla.
Que hacer para aprovechar La Gran Pausa
Este año me he dado el permiso de dejar de luchar con este sentimiento de frustración, enojo y rabia, de no saber por qué está sucediendo lo que está sucediendo. Me he dado permiso de dejar de hacer cosas y no trabajar si no quiero, de escuchar mis pensamientos y hacer una pausa cada día.
He vuelto a leer, que es algo que siempre fue super importante en mi vida y había dejado de lado durante el tiempo de universidad en el que sólo leía porque tenía que leer. Ha sido un reencuentro super entretenido y reconfortante y estoy leyendo uno o dos libros por mes. He estado leyendo mucha literatura de crecimiento personal y de tópicos que me han permitido manejar mejor esta época y cosas que tenía pendiente trabajar en mi vida.
También me acordé de algo que me daba mucho placer hacer anteriormente y era el arte. O sea, incluso estudié arte un año y Ecología y Paisajismo un año y medio y el arte era gran parte de mi vida. Cuando empecé a ser bloguera pude incluir la fotografía y la fotografía como expresión artística pero el hecho de pintar, agarrar colores y expresarte de manera artística sin un objetivo práctico había desaparecido de mi vida. Me he dado permiso de conectar nuevamente con esa parte que era muy importante para mi.
Mi invitación es, si te estás sintiendo un poco triste y necesitas mucho volver a viajar pero no sabes cuando vas a poder volver a hacerlo, el horizonte no se ve muy divertido y con muchas posibilidades, tal vez este sea el momento de hacer nuevas cosas y conocernos, ver qué hay en nuestra vida aparte de viajar.
De seguro esto no durará para siempre y de seguro volveremos a viajar, de eso no me cabe la menor duda y mientras estemos en esta gran pausa también podemos ocuparla para darnos el tiempo para nosotros y darnos tiempo de internalizar esas experiencias que hemos vivido en esos viajes porque cada aventura y destino distinto nos cambia, nos da mucho aprendizaje y a veces no tenemos tiempo de internalizar y procesar.
Tal vez ese sea el momento de recordar esos viajes y crear una nueva bitácora de ese viaje o crear un video con todos esos videos guardados.
Hay tantas maneras de hacer honor a esas aventuras que ya vivimos que pueden reconfortar nuestra alma hoy.
Puede ser el momento perfecto para empezar a planificar ese nuevo viaje soñado, buscar nuevos lugares, armar una nueva ruta y a lo mejor poniendo como fecha esa fecha lejana -que no queremos asumir- puede significar liberar esa presión y ansiedad de querer hacer algo que probablemente no podemos hacer hoy.
Lo más probable es que cuando empecemos a viajar lo haremos dentro de nuestro país y continente. podemos buscar nuevos destinos en nuestra cercanía que aun no conocemos, inlcuir más viajes que incluyan más contacto con la naturaleza y visitar más parques nacionales.
Hay mucho que podemos hacer con esa mirada de viajeros que ya es parte nuestra. Esa que usamos cuando llegamos a un nnuevo lugar y vemos todo con otros ojos, eso podemos llevarlo a nuestro día a día y vivirlo con una nueva mirada, con la mirada de un viajero que se impresiona con esas pequeñas cosas y detalles.
Podemos salir a fotografiar nuestra ciudad con otros ojos y describir el entorno de una manera distinta.
Esta terapia viajara ha nacido para aportar y reconfortarnos y comaprtir esas historias de viajes que tanto nos gusta contar. También puedes compartir tus propias historias, puedes enviármelas y compartirlas con toda la tribu viajera de Nomadic Chica. El mundo seguirá estando ahí y nuestras ganas de viajar serán más fuertes cuando pase esta pandmeia y hoy es el momento de juntar fuerzas y no dejarnos abvatir por esos malos momentos y tal vez volver a soñar con esos nuevos destinos.
¡Nos vemos en la ruta!
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